En este artículo vamos a ver un gran ejemplo de lo que es un visionario. Alguien que para su tiempo, tuvo una excelente visión de marketing y de esta manera logró posicionar su empresa en los primeros lugares del mercado del vino de Oporto.
La visión de marketing de Ramos Pinto
La Casa Ramos Pinto rápidamente se hizo conocida por su estrategia innovadora y pionera. Asociado con el vino embotellado de calidad, se implanta en el mercado brasileño a principios del siglo XX y rápidamente se convierte en responsable de la mitad del vino exportado a América del Sur, al mismo tiempo que fideliza a clientes en Portugal y Europa.
Una de las cosas que más llama la atención al llegar a visitar el museo, que en algún tiempo fueran sus oficinas, son los murales en el típico azulejo portugués. Llama particularmente la atención que en una época profundamente religiosa y recatada, dichos murales tienen de entrada, imágenes de desnudos de mujeres acompañando al dios del vino: Baco. Lo que pretendía Ramos Pinto era impactar a sus clientes. Nadie salía de ahí, sin comentar dichas imágenes, y la marca se quedaba en su mente.
Otra de las cosas que llama la atención, en la sala cubierta de madera tallada de manera espectacular, es un trono. Surge la pregunta ¿se sentaba ahí Adriano? Pues no, enfrente de dicho trono se halla una mesa con dos sencillos bancos. Al cliente se le ubicaba en el trono y el y su hermano, que también era su socio, se sentaban el las butacas, para darle un lugar especial al cliente. ¿Te imaginas cómo lo hacían sentir?
Todo el recinto nos habla de la visión de marketing que a finales del siglo XIX, ya tenía este gran negociante.
Cuentan también que premiaba con regalos a los clientes que fidelizaban con la marca. Objetos personales de lujo como maquinillas rasuradoras de plata, peines de carey o postales con los murales de sus promociones (las cuales siempre contenían connotaciones eróticas) A las mujeres que acompañaban a sus clientes, les regalaba bolsos con bordados delicados o espejos de diversos metales finamente adornados.
Con todo esto, los clientes salían encantados de sus bodegas y regresaban continuamente.
Un producto de calidad
Pero no solo se basaba en la atención de sus clientes. Como gran empresario, estableció una una estrategia de vanguardia. Esta estaba basada en la modernización de los circuitos de selección, mezcla y envejecimiento. La constante investigación y la atención especial que Adriano Ramos Pinto dedicó al envasado y promoción de sus vinos, hicieron que sus productos tuvieran mucho éxito. Los vinos Ramos Pinto se convirtieron así en una referencia de calidad.
De aquella época emocionante nació una colección única de obras de arte, ahora en exhibición en el Espacio Museo – Casa Ramos Pinto, recientemente inaugurada.
El gusto por la cultura, inculcada por Adriano Ramos Pinto en la filosofía de empresa de la bodega, se mantiene hasta nuestros días.
Una visión de marketing que dura hasta nuestros días
En 1997, la Casa Ramos Pinto creó el Museo en la Quinta de Ervamoira. Está destinado a la investigación ambiental, enológica, arqueológica y antropológica del Valle de Côa. También está a disposición de los investigadores un archivo histórico en Vila Nova de Gaia. Contiene una valiosa colección de documentos sobre la producción y exportación de vinos desde el siglo XIX.
Consciente de que la calidad de sus vinos radicaba en el suelo del Douro, Ramos Pinto se dedicó a estudiar meticulosamente esta región, y eventualmente adquiriendo fincas con características muy especiales con el fin de lograr el objetivo de garantizar y control de calidad de todo el proceso de producción. En busca de la excelencia en sus vinos, Ramos Pinto creó néctares únicos con su propia firma.
En verdad, merece la pena aprender de este gran visionario para saber cómo hizo marketing de manera natural.
Te invitamos a reflexionar en los puntos principales de este artículo para que en base a esta experiencia, posiciones tu marca al igual que el personaje que te presentamos: Adriano Ramos Pinto.
